Qué son y qué función cumplen estos cultivos, así como los múltiples beneficios que aportan al ecosistema. ¿Cómo su implementación se ha vuelto cada vez más común en la agricultura regenerativa?

 

La agricultura tal cual como la conocíamos hasta hace unos 5 o 6 años ha cambiado, y la implementación y repercusión de una de las estrategias implementadas en Agricultura Regenerativa es un síntoma de ello.  Más allá del modo de realizar agricultura, los cultivos de cobertura (en muchos espacios llamados cultivos de servicio) hoy en día son una práctica recurrente y/o están siendo difundidos por múltiples actores del medio agropecuario.

No es el objetivo de esta nota recorrer las posibles causas de esta transformación, pero sí podemos ver que ya sea por problemas de malezas resistentes (y la dificultad  de controlarlas con herbicidas) o por el cambio de mirada sobre lo indeseado de tener el suelo descubierto grandes períodos de tiempo, hoy los cultivos de cobertura aparecen como una estrategia interesante en cualquier tipo de agricultura.

¿Qué son y qué función cumplen los cultivos de cobertura?

Como el nombre lo dice, las coberturas son cultivos debidamente sembrados para cubrir el suelo entre el fin de un cultivo anterior y uno siguiente, trayendo múltiples beneficios y accionando varios procesos claves del ecosistema que queremos potenciar bajo una mirada regenerativa. 

En muchos escenarios también se los llama Cultivos de servicio, ya que las funciones que podrían estar cumpliendo  son múltiples, más allá de la de cubrir el suelo, como provisión de flores para polinizadores, profundización de capas compactadas con raíces fuertes y pivotantes, ciclar los nutrientes aprovechando las sinergias biológicas, entre otros.  Desde algunos sectores, también se cuestiona la idea de que los cultivos o los suelos deberían “estar al servicio del ser humano”, y lo que deberíamos hacer es integrarnos y vincularnos al ecosistema de una forma diferente, no pensando en el uso permanente y explotación de recursos naturales. Pero esa es otra discusión que no queremos enfocarnos ahora. 

La importancia de los cultivos de cobertura para pensar en un tipo de agricultura que busque regenerar nuestros suelos y ecosistemas, radica en la posibilidad de que esta estrategia nos permita cumplir varios procesos claves:

-Aumento de la biodiversidad cultivada

En una agricultura que ha transformado los ecosistemas naturales (pastizales naturales o montes, para la mayoría de la región pampeana argentina) y ha simplificado la diversidad cultivada a 5-6 cultivos que se siembran mayormente de forma única en un lote, tener la posibilidad de aumentarla con los cultivos de cobertura al sembrarlos de forma consociada, nos puede permitir asemejarnos más funcionalmente al sistema originario y buscar la resiliencia que nos provee la biodiversidad.

El aumento de la biodiversidad cultivada, nos puede permitir potenciar considerablemente la microbiología del suelo, y la posibilidad de aumentar la materia orgánica y secuestro de carbono. 

Diferentes estudios han demostrado que el Carbono fijado en el suelo de forma estable, responde entre un 46 y 50 % al Carbono de la raíces, y solo entre un 3 y 5 % al Carbono de la biomasa aérea. En este sentido, poder potenciar el desarrollo de raíces con los cultivos de cobertura (en lugar de tener el suelo desnudo durante varios meses) es importantísimo para lograr mayor captura de energía y transformarla en Carbono del suelo. 

Ahora bien, para que los cultivos de cobertura puedan tener un impacto en la acumulación de Carbono estable dentro del suelo, es sustancial la combinación de especies leguminosas con gramíneas, para poder lograr que funcionen los diferentes ciclos de nutrientes y gracias a esta combinación el secuestro de Carbono se realice de forma aceptable. 

Asi también, la cantidad de biomasa generada en el cultivo de cobertura, como el momento de la terminación para la siembra del cultivo siguiente, tienen vital importancia para poder asignarlos como cultivos recuperadores de suelo

-Ciclar el Nitrógeno del aire y ponerlo dentro del suelo.

El aire que respiramos está compuesto por un 78% de Nitrógeno pero en estado gaseoso y este no es aprovechable de esa forma por las plantas. A la vez, el Nitrógeno es uno de los nutrientes más importantes para el desarrollo de las plantas y de vital importancia para la producción agropecuaria. 

Incorporar leguminosas en los cultivos de cobertura que tengan altas tasas de fijación biológica de nitrógeno (FBN) es una premisa para la Agricultura Regenerativa. El proceso de FBN es clave para ciclar el nitrógeno del aire e incorporarlo al suelo, mediante un vinculo cooperativo entre algunas especies de bacterias del suelo que se asocian a esta familia de plantas, para entregarles de forma asimilable el nitrógeno que ellas si pueden captar del aire, a cambio de algunos productos de la fotosíntesis. 

Este proceso no solo permite que los cultivos siguientes al cultivo de cobertura tengan provisión de nitrógeno por la vía biológica (con mejores resultados en la salud de las plantas que el nitrógeno incorporado de forma química), sino que también desencadena múltiples procesos relacionados a otros nutrientes y la red trófica dentro del suelo. Por esto mismo, los cultivos de cobertura pueden ser utilizados como grandes recuperadores de suelo. 

 

  • Potenciar la biodiversidad asociada

Aumentar la biodiversidad cultivada con los cultivos de cobertura, no solo permite tener diferentes tipos de raíces y estimular el desarrollo de la biodiversidad microbiológica dentro del suelo, sino que también genera diferentes tipos de hábitats, procesos y sitios para que desarrolle la biodiversidad asociada a las plantas. En varias experiencias en las que incorporamos los cultivos de cobertura asociando diferentes tipos de plantas, observamos como la cantidad de artrópodos encontrados en el predio es notablemente mayor, así como también la diversidad encontrada. Tener mayor diversidad y cantidad de artrópodos en nuestros lotes productivos, nos permite que la aparición de posibles plagas sea evitada o al menos ralentizada, no solo porque no estamos ofreciendo un solo tipo de “comida” para los insectos fitófagos, sino también por tener mayor cantidad y diversidad de insectos controladores (consumidores de otros insectos). 

  • Ofrecer mayor cantidad y estabilidad anual de flores para polinizadores

Poder aumentar la biodiversidad cultivada con los cultivos de cobertura, nos permite tener oferta floral diversa y más continua durante todo el año. En los campos que funcionan bajo la Agricultura Regenerativa, buscamos mezclar especies en los cultivos de cobertura (a veces especies de verano con especies de otoño/invierno) con el objetivo de que algunas de ellas desarrollen de forma rápida y produzcan flores en épocas donde no tendríamos esa oferta si solo pensamos en cultivos de renta/cosecha. Esto nos puede ofrecer un aumento florístico y de polen considerable para la Apicultura. 

Además, asociado con el punto anterior, tener esta provisión de flores y diversidad de especies, puede estimular la atracción de muchos polinizadores naturales de los ecosistemas, siendo muchos de ellos parasitoides de otros insectos plagas. 

  • Cobertura para evitar diferentes tipos de erosión y control de especies vegetales espontáneas

Tener el suelo cubierto con plantas vivas es una de las premisas más importantes para evitar pérdidas por erosión, pero además al planificar nuestros cultivos de cobertura, podemos estar dejando una cobertura de plantas muertas que mantenga un mantillo sobre el suelo para evitar lesiones de la gota de agua que cae en las precipitaciones sobre el suelos en los cultivos siguientes, y además podemos estar frenando de forma considerable la aparición de especies vegetales indeseables (“malezas”).

Transición hacia sistemas regenerativos 

Los cultivos de cobertura aparecen como una herramienta muy importante para la aplicación de la Agricultura Regenerativa, y como hemos visto pueden ayudarnos a cumplir múltiples funciones. 

Sin embargo, el proceso de transición desde los sistemas actuales hacia sistemas regenerativos difícilmente suceda de una forma rápida, ya que debemos estimular y poner funcionales muchos procesos biológicos que demandan cambios estructurales en los predios. Es por ello que el proceso de transformación es transicional y va sumando complejidades a medida que el tiempo avanza, así como también la experiencia, conocimiento y visión de los productores.

Utilizar los cultivos de cobertura para la comenzar la transición es una estrategia muy utilizada, ya que el cambio en el manejo no implica grandes riesgos, y se estaría implementando un cultivo de cobertura en el espacio donde anteriormente el suelo permanecía desnudo, es decir que no se está cambiando estructuralmente el proceso productivo. 

La consideración más importante en este proceso de transición y la utilización de los cultivos de cobertura radica quizás en qué función vamos a priorizar de la estrategia. Es un error muy común pensar que por realizar los cultivos de cobertura, simplemente vamos a estar promoviendo todas las características que describimos anteriormente.

Desde este espacio, queremos resaltar la idea de que los cultivos de cobertura (y sobre todo al inicio de la Transición) pueden ser notables recuperadores de suelo. En una agricultura actual que mantiene los rendimientos de cultivos a base de fertilizantes y aplicaciones de herbicidas, un cultivo que mejora la fertilidad del suelo (por el aporte consociado de gramíneras y leguminosas) y desencadena grandes cambios en la microbiología de los suelos, aparece una herramienta muy potente.

Luego de ver y acompañar muchas experiencias de transición, podemos decir que cuando los cultivos de cobertura están bien diseñados y manejados, son las herramienta fundamental para una Agricultura Regenerativa, logrando manejar predios agrícolas-ganaderos sin la necesidad de fertilizantes y manteniendo una fertilidad y salud del suelo muy importante. 

De esa forma, podemos resaltar que el proceso de transición comúnmente tiene como foco principal mejorar la salud de los suelos, y que si los cultivos de cobertura los pensamos solo como cobertura (por ejemplo para controlar malezas de otra forma) podemos tener un proceso de cambio lento y complicado, ya que la dinámica de las especies espontáneas tiene tiempos de cambio más importantes que uno o dos años, y más aún si quisiéramos cambiar la dinámica de plagas y enfermedades. 

Así, si nos enfocamos en los cultivos de cobertura como recuperadores de fertilidad y grandes palancas para incorporar el Nitrógeno del aire al suelo, a la par de ir fomentando la biodiversidad de raíces, podemos decir que el proceso de transición nos puede dar interesantes mejoras productivas y económicas los primeros años. 

Agustín Barbera. 
Ingeniero agrónomo. Especialista en Agricultura Regenerativa. 

Trabaja hace varios años asesorando y acompañando a productores de gran escala hacía la transición agroecológica y aplicación de Agricultura Regenerativa. Trabajó durante 8 años en INTA, dentro de un equipo referente en Agroecología a nivel nacional e internacional.
Es coordinador y educador de la Especialización en Agricultura Regenerativa.

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