Cualquiera que haya jugado al «Jenga» sabrá que a medida que se retira cada pieza, todo el edificio se vuelve más y más inestable hasta que se produce el colapso.
La humanidad depende de la biodiversidad del planeta y, mientras mantengamos una visión mecanicista y nos aislemos del entramado de la vida sin comprender que somos parte, nuestro entorno se derrumbará junto con nosotros.
Es tiempo de transformar nuestra forma de producir alimentos, basándonos en principios que regeneren los
ecosistemas y las comunidades que los habitan.
Por tal motivo debemos cultivar una visión holística del mundo.
“El mundo está compuesto por patrones – de materia, energía y vida – que funcionan como Totalidades cuyas calidades no pueden predecirse estudiando ningún aspecto del mismo de forma aislada. Las Totalidades no tienen materia, son organizaciones. […]
Al estudiar nuestro planeta y las muchas criaturas que lo habitan no podemos aislar nada de manera significativa, y menos aún controlar las variables. La atmósfera de la tierra, sus habitantes – plantas, animales y humanos -, sus océanos, llanuras y bosques, su estabilidad ecológica y su promesa para la humanidad sólo pueden ser comprendidos cuando son contemplados en su totalidad. Aísle cualquier parte, y ni lo que ha tomado, ni lo que ha dejado atrás, permanece como lo que era cuando todo era uno. […]
En la naturaleza no existen partes individuales, sólo Totalidades, y éstas se forman y moldean entre sí.”
Cuando afectamos una parte de la compleja trama, afectamos a todo el entramado. Ir hacia la observación y comprensión de las relaciones biológicas y procesos que suceden en cada ecosistema y subsistemas, nos llevará a abrazar una oportunidad de caminar a favor de la Naturaleza y generar las condiciones para la vida. Es crucial adoptar una mirada holística para la toma de decisiones y así poder regenerar los suelos del mundo para revertir la desertificación, abordar el cambio climático y alimentar con éxito a 9 mil millones de personas o más.
Cita del libro MANEJO HOLÍSTICO: Una revolución del sentido común para regenerar nuestro ambiente.